domingo, 2 de abril de 2017

llorar 2

yo tenía un perro
grandote y reclamón
yo tenía un perro
y después no
es raro, como lo que le toca
en suerte a cada uno
de maneras tan diferentes
flechas ciegas a la nada

me enojé mucho
con él por dejarme
conmigo por no despedirlo
no lo acariciaba tanto
no sabía que un día se iba
no, no sabía
que meses después en casa
mientras cocinaba
lo vería corriendo como siempre
como nunca más
a lo largo de la ligustrina
desde el ventanal
del alma
El pasto se gastaba con su galope
y quedaba la tierra pelada
Aullé lágrimas por media hora
y recién ahí pude levantarme
liviano y lacio, fui al jardín
para ver
al lado de la ligustrina
el pasto crecido, la tierra
peluda de nuevo
y donde enterramos a Yago
una planta grandota
llena de flores ebrias
abreviadas entre un sol
y algunas estrellas 
apuradas

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